Aunque con la llegada de los meses de julio y agosto, la mayoría de madrileños huyen despavoridos de la capital, lo cierto es que Madrid es, sin duda, uno de los lugares del mundo que más planes concentra por metro cuadrado. Y esto no es poco decir cuando hablamos de que una ciudad que cuenta con una superficie que alcanza los 604,3 km² y es la octava más grande de Europa con 3 millones de habitantes solo por detrás de Estambul, Moscú, París, Londres, San Petersburgo, Berlín o Kiev.
A nivel internacional podemos presumir de otras muchas cosas. Por ejemplo, y aunque Fred Ebb en 1977 hizo mundialmente popular la frase que hacía referencia a Nueva York “la ciudad que nunca duerme” a través de la canción que popularizó la voz de Frank Sinatra, somos muchos (millones) los madrileños y gremios que podemos decir que Madrid tampoco duerme.
Una ciudad que despierta pasiones, y en la que hay que decir que en estos meses estivales, siempre que tengas la suerte de contar con aire acondicionado y piscina, tampoco se está tan mal… Hay que ver el lado positivo de la vida, y si te toca quedarte en Madrid, o has decidido pasar las vacaciones en la capital contarás con muchas ventajas. Por ejemplo, se trata de la temporada del año en la que se respira la paz y tranquilidad que tanta falta nos hace durante el resto del año.
Los atascos desaparecen, puedes encontrar sitio para desayunar, comer o cenar en casi cualquier restaurante top de la ciudad sin reserva previa, como es el caso de Cappuccino Madrid o Aarde, ambos en plena Puerta de Alcalá, Cristina Oria en Ortega y Gasset o el Restaurante Estimar, situado en la la Calle Marqués de Cubas.
También puedes convertirte en un turista más y aprovechar para visitar los numerosos espacios culturales que alberga la ciudad evitando las largas colas que habitúan a formarse. Entre mis lugares favoritos, y que siempre que puedo visito, se encuentra el Museo Reina Sofía, que descubrí nuevamente acompañada por Andrea Levy.
Y para los más melómanos, disfrutar de noches de música en entornos únicos como son las Noches del Botánico o el maravilloso cártel de los Veranos de Villa en Conde Duque, donde este año hay propuestas de altura, siendo muy complicada la selección, si solo puedes asistir a uno como son el Homenaje a Marvin Gaye, Carman, la Expo de Corea en Casa Vacas o Historia de Korean Western Theatre, por mencionar alguno.
Y, por supuesto, no podemos dejar de mencionar el año Sabatini y proponer deleitarse en un concierto maravilloso en los jardines que llevan el nombre del gran arquitecto italiano. Y es que Sabatini, que pasó gran parte su vida en esta maravillosa ciudad, ya supo ver hace 300 años las grandes posibilidades de la urbe. Un reconocimiento que ahora ha quedado inscrito oficialmente por la UNESCO en el registro de lugares Patrimonio Mundial.
Paisaje de la Luz
Tras siete años de promoción e intenso trabajo, el eje Prado-Recoletos ha logrado (y no es para menos) alzarse con la máxima distinción que otorga la UNESCO.
Un proyecto que representa un paisaje cultural, la relación entre personas y naturaleza dentro de un contexto urbano que no ha dejado de evolucionar, pero, y quizá lo más difícil, ha logrado mantener su esencia consiguiendo combinar naturaleza, arte, ciencia y cultura en el corazón de una ciudad que nunca para como es Madrid.
Una esencia que nace en el siglo XVI dentro de un eje que lleva concentrando en estos siglos las grandes instituciones culturales, científicas, políticas, económicas y representativas a nivel local y nacional. Un eje que también incluye el maravilloso parque de El Buen Retiro, donde a día de hoy podemos disfrutar de innumerables actividades al aire libre, como un refrescante paseo en barca, conciertos en el Quisco de la Música, un aperitivo en Florida Retiro y hasta de la feria del libro de Madrid que, si todo va bien, tendrá lugar en septiembre de este año.
Pero esto no es todo, porque aparte de la multitud de actividades que se pueden hacer al aire libre, también se pueden visitar exposiciones contemporáneas de artistas nacionales e internacionales en el impresionante Palacio de Cristal, uno de los mejores ejemplos de arquitectura de hierro construida en 1887 por Ricardo Velázquez Bosco, y que cada año aglutinan a cientos de turistas.
Este parque nace en 1630, cuando el Conde Duque de Olivares cede este espacio a Felipe IV y que la monarquía disfrutó hasta el año 1868, cuando pasó a ser de dominio público. Un espacio que por primera vez se concibe para todos los ciudadanos, sin ninguna distinción social, pudiendo disfrutar de la naturaleza siempre dentro de los límites de la ciudad y que coincide con la creación de un conjunto de instituciones de carácter científico durante el reinado de Carlos III.
Por todo lo anterior, el Paisaje de la Luz cuenta con un valor universal excepcional que ha conseguido que la UNESCO lo define como un modelo único y merecedor de esta gran distinción.
Un lugar que concentra planes y lugares maravillosos. Ciudad cosmopolita donde las haya, generosa en sus más de 600 kilómetros cuadrados de superficie por ofrecer planes por y para todos los públicos que próximamente, para celebrar esta super noticia, también recogerá el Festival de la Luz en honor a la UNESCO.
Un evento único que iluminará la ciudad entre el 28 y el 31 de octubre al más puro estilo de Londres, Lyon o Bruselas.